martes, 23 de febrero de 2010

LA INICIACIÓN ANTIGUA - en vímeo y en you tube -



Capítulo XII
LA INICIACIÓN ANTIGUA

en vímeo aquí

en you tube, aquí
https://www.youtube.com/watch?v=uezkML2jz84&feature=youtu.be

En los tiempos antiguos, determinadas ceremonias se efectuaban en los templos para conseguir la desconexión del cuerpo vital.

En los antiguos Templos de Misterios, las principales enseñanzas diseminadas ahora por la
Fraternidad Rosacruz, respecto al cuerpo vital se daban a los aspirantes, cuando se los preparaba para la iniciación. Se les explicaba que este vehículo estaba compuesto por los cuatro éteres; el éter químico, que sirve para la asimilación; el éter de vida, que promueve el crecimiento y la propagación,; el éter luminoso, vehículo de las percepciones sensoriales; y el éter reflector, receptáculo de la memoria.

Se les enseñaba a fondo las funciones de los éteres inferiores, comparándolas con las de los dos superiores. Así aprecian que todas las funciones animales del cuerpo dependían de la densidad de los éteres inferiores y que los dos superiores, constituían el vehículo anímico (el cuerpo del alma), que era el medio de servicio en los mundos invisibles. Y entonces aspiraban a cultivar esa gloriosa Vestidura mediante la abnegación dominando las propensiones de la naturaleza inferior, tal como hacemos actualmente.
Pero algunos, en su vehemente anhelo de llegar a la realización por cualquier medio, se olvidaron que solamente mediante el servicio desinteresado y la abnegación, se lograba el Vestido Dorado de Boda, compuesto con los dos éteres superiores. Creían que el axioma oculto encerrado en los siguientes versos:

Gold in the crucible,
Dross in the fire;
Light as the winds,
Higher and higher.

(Oro en el crisol,
Escoria en el fuego;
Ligeros como los vientos,
Más alto y más alto).

significaba solamente que la naturaleza inferior, es decir, la escoria, debería ser expulsada no importara cómo; y razonaban diciendo que como el éter químico es el agente de la asimilación podían eliminarlo del cuerpo, mediante el hambre del vehículo físico; y que como el éter de vida es la vía de la propagación, ellos podían también anularlo con la absoluta castidad. Les quedaría entonces sólo los dos éteres superiores, o por lo menos tendrían un volumen mucho mayor que los inferiores.

Con ese fin practicaban toda clase de austeridades, el ayuno entre otras cosas, con lo que el cuerpo perdía la salud y se demacraba. La naturaleza pasional que buscaba la gratificación de su deseo por el ejercicio de la función propagativa se la apaciguaba castigándola. De esa horrenda manera la naturaleza inferior parecía sojuzgada y cuando las funciones corporales eran así reducidas al mínimo, entonces las visiones, o más bien alucinaciones eran la recompensa de esas personas. Sin embargo, la verdadera espiritualidad nunca puede ser alcanzada profanando o destruyendo "el templo de Dios", el cuerpo, y el ayuno puede ser tan reprensible e inmoral como la glotonería.

No puede haber ninguna duda respecto al poder del agua bendita, preparada por una personalidad fuerte y magnética. El agua extrae y absorbe los efluvios del cuerpo vital del magnetizador, y las personas que la emplean se hacen sensibles a su autoridad y responden a ella según su grado de sensibilidad. Por consiguiente, el Lavabo de Bronce de los antiguos Templos de Misterios Atlantes, cuya agua era magnetizada por Jerarcas divinos de inconmensurable poder, eran factores potentes para dirigir el pueblo de acuerdo a los deseos de los que gobernaban. De este modo los sacerdotes eran completamente sometidos a las órdenes y mandatos de sus invisibles jefes espirituales y a través de ellos el pueblo les obedecía ciegamente. Se requería de los sacerdotes que se lavaran sus manos y pies antes de entrar en el recinto del Tabernáculo. De no cumplir esta orden, la muerte inmediata aguardaba al sacerdote desobediente que entraba. Por lo tanto, podemos decir, que si la palabra de pase del Altar de Bronce era la "justificación" así la idea central del Lavabo de Bronce era la "consagración".
Cuando llegó la muerte, el rostro de Moisés brilló y el cuerpo de Buddha se iluminó. Todos ellos habían llegado al estado en el que el espíritu empieza a brillar desde dentro -pero entonces murieron.-

El Espíritu de Raza cuidaba particularmente de ciertas clases de personas, por ejemplo de los Levitas entre los Judíos, quienes estaban destinados especialmente al sacerdocio y se los juntaba en torno de los templos donde se los apareaba o cruzaba especialmente para ser los precursores o instructores de sus hermanos. Su método de generación y regulación de la fuerza sexual, producía una conexión más floja entre los cuerpos vital y denso, que era necesaria para que la iniciación pudiera tener lugar, ayudando así al hombre a progresar. Mientras el Espíritu de Raza trabaje con nosotros, estamos bajo la ley, estamos solo sobreponiéndonos a las influencias del cuerpo de deseos, y bien dice San Pablo, que la ley fue hasta la venida de Cristo -no hasta que Cristo vino hace 2.000 años, sino "hasta que Cristo se forme en vosotros". Cuando nos liberamos de las cadenas de nuestro cuerpo de deseos y vivimos respondiendo a las vibraciones de nuestro cuerpo vital, entonces quedamos imbuidos con el Espíritu de Cristo; y únicamente entonces nos elevamos sobre el principio nacional separatista. Entonces seremos también capaces de ser hermanos unos de otros.

Cuando Parsifal partió con Gurnemanz al castillo de Grial, preguntó el primero al segundo:

¿quién es el Grial?,
"No te lo diré, pero si por él has sido conducido
La verdad no quedará velada ante ti,
El que lo busca sólo conseguirá apartarse del camino
Salvo que él mismo sea su guía."

Eso significa que en los tiempos antiguos, anteriores a la venida de Cristo, sólo los elegidos podían seguir el sendero de la iniciación. Nadie podía buscar ese sendero -nadie podía ir más allá del punto en el que se encontraba el resto de la humanidad-, salvo los pocos elegidos, como los sacerdotes y los Levitas. A éstos se los llevaba a los templos juntándolos allí. Se casaban unos con los otros de cierta manera, y la procreación se llevaba a cabo con un propósito definido, el de desarrollar la apropiada laxitud entre los cuerpos vital y denso, cosa que es necesaria para la iniciación. Una separación tiene que efectuarse, para que salgan los dos éteres superiores y se queden los dos inferiores. Eso no se podía hacer con la humanidad ordinaria. Estaba todavía demasiado limitada por el cuerpo de deseos y tenía que esperar otros tiempos futuros.

Como el éter es la avenida de las fuerzas creadoras vitales, y como los Ángeles son constructores expertos del éter, entonces podemos bien comprender que ellos están en sumo grado preparados para ser los guardianes de las fuerzas de propagación en la planta, en el animal y en el hombre. A través de toda la Biblia vemos a ellos ocupándose de esa cuestión: dos ángeles vinieron a visitar a Abraham y le anunciaron el nacimiento de Isaac, ellos prometieron un hijo al hombre que obedecía a Dios. Más tarde esos mismos ángeles destruyeron a Sodoma por el abuso de la fuerza creadora.

Eran Ángeles los que dijeron a los padres de Samuel y Sansón que iban a nacer esos gigantes del pensamiento y de la fuerza física. El ángel (y no el Arcángel) Gabriel, visitó a Elizabeth anunciándole el nacimiento de San Juan. Más tarde el Ángel Gabriel se apareció a la Virgen María, anunciándole que había sido elegida para dar luz a Jesús

del libro "El Cuerpo Vital" de Max Heindel
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