martes, 23 de febrero de 2010

SUEÑO Y ENSUEÑOS - en vímeo y en you tube -


Capítulo V


La actividad del cuerpo vital se despliega tanto en el sueño como en el estado de vigilia y es sensible al poder de la sugestión. El sueño puede ser inducido por hipnotismo.

Tenemos en nuestro cuerpo dos sistemas nerviosos: el voluntario y el involuntario: El primero es accionado directamente por el cuerpo de deseos, y gobierna los movimientos del cuerpo, empeñándose en romper y destruir, siendo solo parcialmente frenado en su obra destructora por la mente. El sistema involuntario tiene su mejor base en el cuerpo vital y acciona los órganos digestivos y respiratorios órganos que reponen y restauran el cuerpo denso.

Es precisamente esta guerra entre el cuerpo vital y el cuerpo de deseos que produce la conciencia en el Mundo Físico, pero de no actuar la mente como un freno sobre el cuerpo de deseos, nuestras horas de vigilia serían muy cortas y también nuestras vidas, pues el cuerpo vital sería anulado en sus beneficiosos esfuerzos por el descuidado cuerpo de deseos. Esto lo vemos en el agotamiento que sigue a un acceso de ira, porque la ira es una condición en la cual el hombre pierde el dominio de si mismo, y entonces el cuerpo de deseos gobierna sin restricciones.

No obstante sus esfuerzos, el cuerpo vital lentamente va perdiendo terreno conforme va avanzando el día, las ponzoñas orgánicas se van acumulando en el cuerpo físico e impiden al flujo vital circular libremente y entonces su vibración se hace más y más lenta. Por lo tanto el cuerpo físico muestra signos de cansancio, está agotado. Finalmente el cuerpo vital se paraliza, por así decir, el fluido vital no circula por los nervios en cantidad suficiente como para mantener el equilibrio del cuerpo denso, el cual se vuelve inconsciente y el Espíritu ya no puede servirse de él. Esto es el sueño.

Igual pasa con el templo del Ego, nuestro cuerpo denso, cuando éste se encuentra exhausto.
Entonces es necesario que el Ego, la mente y el cuerpo de deseos evacuen el lugar, dejando plena libertad al cuerpo vital, para que lo reponga; de ahí que se produce una separación, cuando el cuerpo denso se duerme. El Ego y la mente, envueltos en el cuerpo de deseos se retiran del cuerpo vital y del denso, permaneciendo los dos cuerpos inferiores sobre el lecho, mientras que los dos superiores flotan cerca del cuerpo que duerme.

Ahora comienza el proceso de restauración. En las luchas que se producen en el Mundo Físico, los perjuicios y heridas nunca están de un solo lado: el vencedor tiene también lesiones. Más duro ha sido el combate, más parejas son las lesiones de los combatientes, y más heridas para cada bando.
Asimismo sucede con los cuerpos vital y de deseos, que combaten entre sí; siempre es el cuerpo de deseos que vence, sin embargo su victoria es siempre una derrota, pues debe dejar el campo de batalla y su botín _el cuerpo denso_ en las manos del cuerpo vital vencido y retirarse para reparar su propia armonía destrozada.

Entonces, habiendo abandonado el cuerpo que duerme, entra en el océano de energía y armonía que se llama Mundo del Deseo. Aquí vive de nuevo los incidentes del día, que se presentan en orden inverso, de las consecuencias a las causas, corrigiendo así los embrollos del día y formando imágenes correctas para reemplazar las impresiones falsas que se forman debido a las limitaciones del cuerpo denso. A medida que la armonía del Mundo del Deseo compenetra el cuerpo de deseos, los errores son reemplazados por la sabiduría y la verdad, y aquél recobra su ritmo y se entona. El tiempo requerido para restaurar el cuerpo de deseos es variable, y depende de sí durante el día su vida ha sido muy ilusoria, impulsiva y agotadora.

Entonces, y solo entonces, empieza el trabajo de restauración de los vehículos que quedaron sobre el lecho. El restaurado cuerpo de deseos comienza a vivificar el cuerpo vital, introduciendo energía rítmica en aquél, y el cuerpo vital a su vez actúa sobre el cuerpo denso, eliminando los residuos ponzoñosos, con la ayuda del sistema nervioso simpático, como agente principal. Así el cuerpo denso está completamente restaurado y desbordante de vida, cuando el cuerpo de deseos, la mente y el Ego entran por la mañana y lo obligan a despertarse.

Sin embargo, a veces ocurre que estamos tan interesados y absorbidos por las cosas de nuestra existencia mundana, que aún después de la paralización del cuerpo vital y la consecuente inconciencia del cuerpo denso, no podemos decidirnos a dejarlo tranquilo, para comenzar nuestro trabajo de restauración; el cuerpo de deseos se agarra tenazmente a los vehículos inferiores y el Ego sólo consigue arrastrarlo fuera en parte o a medias, con el resultado que comienza a meditar sobre los sucesos del día en esa posición.

Durante el estado de vigilia, cuando el Ego funciona conscientemente en el Mundo Físico, todos sus vehículos son concéntricos, es decir, ellos están en el mismo lugar y en la misma posición, pero a la noche, cuando el cuerpo se acuesta para dormir, entonces se produce una separación. El Ego envuelto en la mente y el cuerpo de deseos, sale de los cuerpos denso y vital, que permanecen sobre el lecho. Los vehículos superiores flotan encima o en su alrededor, y están conectados con los vehículos inferiores por un cordón plateado, un hilo finito y brillante, parecido a dos números seis unidos, atados por una extremidad al átomo-simiente del corazón, y por la otra al vórtice central del cuerpo de deseos.

Durante el sueño el Ego se retira del cuerpo denso, pero el cuerpo vital permanece con aquél y el cordón plateado queda intacto.

El Mundo del Deseo es un océano de sabiduría y de armonía. A ese mundo lleva el Ego la mente y el cuerpo de deseos cuando los vehículos inferiores quedan dormidos. Allí, el primer cuidado del Ego es la restauración del ritmo y armonía de la mente y del cuerpo de deseos. Esta restauración se realiza gradualmente conforme las armoniosas vibraciones del Mundo del Deseo fluyen a través de ellos. Hay una esencia en el Mundo del Deseo correspondiente al fluido vital que compenetra el cuerpo denso por medio del cuerpo vital. Los vehículos superiores, se sumergen en ese elixir de vida. Cuando se han fortalecido, comienzan a trabajar sobre el cuerpo vital que han dejado con el cuerpo denso dormido. Entonces el cuerpo vital empieza a especializar la energía solar de nuevo, reconstruyendo el cuerpo denso y empleando particularmente el éter químico como medio en ese proceso de restauración.

En el estado de vigilia, los varios vehículos del Ego; la mente, el cuerpo de deseos, el cuerpo vital y el cuerpo denso son todos concéntricos. Ocupan el mismo lugar o espacio, y el Ego se exterioriza en el Mundo Físico. Pero a la noche, durante el sueño sin ensueños, el Ego, envuelto en el cuerpo de deseos y la mente, sale, dejando el cuerpo físico y el cuerpo vital sobre el lecho, y un hilo fino y brillante, llamado cordón plateado es la única conexión entre los vehículos superiores e inferiores.

Pero a veces ocurre que por haber trabajado el Ego tan intensamente y con tanto interés en el mundo Físico, excitó demasiado el cuerpo de deseos, que ahora se niega a dejar los vehículos inferiores y se sale solamente a medias. Entonces. La conexión entre los centros sensoriales del cuerpo de deseos con los del cuerpo físico no se interrumpe del todo. El Ego contempla las escenas, y vistas del Mundo del Deseo, ya muy fantásticas e ilusorias por sí mismas, y las trasmite a los centros cerebrales sin conectarlas por medio de la razón. De ahí provienen todos los sueños fantásticos y tontos que tenemos.

Ocurre, sin embargo, que a veces el cuerpo de deseos no se retira del todo, así que una parte de él permanece relacionada con el cuerpo vital, el vehículo de la percepción sensorial y de la memoria.

El resultado es que la restauración se realiza únicamente en parte, y que las escenas y acciones del Mundo del Deseo llegan a la conciencia física como ensueños. Por supuesto, la mayoría de los ensueños son confusos porque el eje de la percepción está torcido, debido a la relación impropia entre uno y otro cuerpo. La memoria es también confusa por la incongruente relación de los vehículos, como resultado de la pérdida de la fuerza restauradora, se origina un fatigoso sueño lleno de ensueños, y en consecuencia el cuerpo se siente muy cansado al despertar.

Se puede decir que el cuerpo vital está como formado por puntos que surgen en todas direcciones:

hacia adentro, hacia fuera, hacia arriba, abajo y por todo el cuerpo, penetrando cada uno de esos minúsculos puntitos a través del centro de cada átomo químico, haciéndolo vibrar con mayor intensidad que lo que sería natural en él. Este cuerpo vital interpenetra al cuerpo físico desde el nacimiento hasta la muerte, en todo momento, excepto cuando la circulación de la sangre se detiene en alguna parte, como cuando nos oprimimos el brazo contra el borde de una mesa y se nos “duerme”. Si se mira entonces clarividentemente, veremos la mano etérica colgando por debajo de la visible como si fuera un guante, y los átomos químicos de la mano manteniendo su ritmo vibratorio lento, que les es normal. Cuando palmoteamos la mano para “despertarla”, entonces sentimos una especie de hormigueo, causado por esos diminutos puntitos al penetrar nuevamente en los átomos adormecidos de la mano y ponerla otra vez en intensa vibración.

El cuerpo vital también abandona el cuerpo denso de la misma manera al morir la persona. Las personas que se han estado ahogando y que luego han reaccionado, experimentan un sufrimiento intenso, causado por la entrada de estos puntos, que lo sienten como fuertes pinchazos. 

Durante el día, mientras se está absorbiendo el fluido solar en grandes cantidades, estas puntas del cuerpo vital están como distendidas por el fluido vital; pero conforme va avanzando el día y las ponzoñas orgánicas se van acumulando en el cuerpo físico más y más, el fluido vital fluye con menor rapidez. Por la noche sobreviene un tiempo en que las puntas del cuerpo vital ya no obtienen todo el suministro necesario de fluido vitalizador y entonces se encurvan y los átomos del cuerpo vibran con pesadez. Esto produce la sensación de cansancio, de embotamiento y fatiga que siente el Ego. Por último, llega un momento en que el cuerpo vital sufre una paralización y las vibraciones
del cuerpo denso se tornan tan lentas que el Ego ya no puede mover el cuerpo y se ve obligado a retirarse para que los vehículos puedan restablecerse. Entonces decimos que el cuerpo está dormido.

Sin embargo, el sueño no es un estado inactivo, porque si lo fuera no se produciría la menor diferencia en la sensación que experimentamos por la mañana, si no existiera restablecimiento causado por el sueño. La misma palabra “restablecimiento” implica una actividad.

Cuando un edificio ha sido deteriorado por el uso constante, es necesario restaurarlo refaccionándolo, entonces los inquilinos deben irse para que los obreros puedan realizar su trabajo.

Por razones parecidas el Ego se retira de su morada todas las noches y de la misma manera que los obreros trabajan en el edificio para rehabilitarlo nuevamente, así también el Ego tiene que trabajar para poner su cuerpo en condiciones de volverlo a utilizar, siendo ese el trabajo que realizamos todas las noches, aunque no tengamos conciencia del mismo al despertar. Esta actividad es la que elimina las toxinas del organismo dando por resultado, que por la mañana, al despertar el cuerpo, se encuentre fresco y descansado.

El tiempo que necesita el cuerpo de deseos para restaurar y restablecer el ritmo de los cuerpos vital y denso, depende de la manera en que hayamos empleado el cuerpo denso durante el día. Si lo hemos hecho agitarse y esforzarse, las inarmonías se producirán en mayor cantidad y el cuerpo de deseos necesitará emplear la mayor parte de la noche para restaurar la armonía y el ritmo. De esta manera está el hombre ligado a su cuerpo día y noche. Pero cuando aprende a ser eficaz y a descansar en la acción, domina sus energías durante el día y cesa de malgastarlas en palabras o actos innecesarios, comienza a dominar su carácter, a impedir las inarmonías debido a sus incorrectas observaciones y entonces el cuerpo de deseos no necesitará trabajar durante toda la noche para restaurar al cuerpo denso. Parte de la noche podrá entonces emplearse para trabajar afuera. Si los centros de los sentidos del cuerpo de deseos están suficientemente desarrollados, como suelen estarlo en la mayoría de los hombres inteligentes, el hombre puede soltar el cable y viajar en el Mundo del Deseo. Entonces es posible influir sobre la persona, infundiendo en su cerebro los pensamientos e ideas que deseamos comunicarle. Sin embargo, en esos casos no podemos obligarla a hacer nada o aceptar otras ideas que no sean las que estén en armonía con sus propias tendencias.

Es imposible ordenarle que haga algo y obligarla a obedecer, como ocurre cuando el alma ha sido expulsada del cuerpo por el hipnotizador, porque es el cerebro el que mueve los músculos, y durante el sueño natural el cerebro está interpenetrado por el propio cuerpo vital, teniendo un perfecto dominio de sí mismo, mientras que durante el sueño hipnótico, los pases del hipnotizador han expulsado el éter del cuerpo vital del cerebro hasta los hombros de la víctima, quedando alrededor de su garganta como si fuera el cuello de un sweater. Entonces el cerebro denso queda abierto al éter del cuerpo vital del hipnotizador que ha desplazado al de su verdadero dueño. Entonces durante el sueño hipnótico la víctima no tiene libertad para elegir sus ideas o los movimientos que tenga que hacer con su cuerpo: pero durante el sueño ordinario conserva su libertad. En realidad, este método
de sugestión durante el sueño es algo que las madres encontrarán muy útil para tratar a sus hijos díscolos o rebeldes, porque si la madre se sienta al lado de la cama del niño, le toma de la mano y le habla como si estuviera despierto, podrá infundir en él las ideas o comportamiento que desearía que tenga cuando esté despierto, y verá que en muchísimos casos esas ideas arraigarán en su hijo fácilmente. También este sistema es muy útil cuando se trata a una persona enferma o adicta a la bebida, y si la madre, las enfermeras u otros utilizan este método, verán que es posible infundir esperanza y hasta curar a los pacientes ayudándoles a restablecerse o a recuperar el dominio de sí.

Este método, por supuesto puede utilizarse también con fines malos, pero lo explicamos, debido a que creemos que el bien que se puede hacer de esta manera superará grandemente los pocos casos, en que personas extraviadas lo empleen con fines perversos.

Contemplando desde el punto de vista de una sola vida, los sistemas empleados por los curanderos del llamado Movimiento Immanuel parecerían producir muchísimo bien. Se sienta al paciente en una silla, se le hace dormir y se le infunden ciertas sugestiones; luego se pone de pié, y se halla curado de su mal hábito; de borracho se convierte en un ciudadano respetable, que cuida de su esposa y de su familia, y según todas las apariencias el beneficio obtenido es innegable.

Pero si contemplamos las cosas desde un punto de vista mucho más profundo, el del ocultista, que ve esa vida como una entre tantas, y que toma en consideración el efecto causado en los vehículos invisibles de esa persona, entonces el caso es completamente distinto. Cuando se sumerge a una persona en el ensueño hipnótico, el hipnotizador hace pases sobre ella, los cuales expulsan el éter de la cabeza del cuerpo denso sustituyéndolo por el éter del Hipnotizador. Entonces el sujeto se encuentra completamente bajo el dominio del otro; carece de libre albedrío y, por lo tanto, las así llamadas “sugestiones” son, en realidad, órdenes que la víctima no tiene más remedio que obedecer.

Además, cuando el hipnotizador retira su éter y despierta a la víctima, no puede extraerlo del todo.

Para usar una comparación diremos que así como una pequeña parte del magnetismo infundido en una dínamo antes de que ésta se ponga en marcha por primera vez, queda atrás, para ponerlo nuevamente en marcha cada vez que se usa, así también siempre queda un pequeño residuo de éter del cuerpo vital del hipnotizador en la médula oblongada de la víctima, que viene a ser como un garrote que el hipnotizador mantiene amenazante sobre aquella toda la vida. A esto se debe que las sugestiones que haya dado en cierto momento, sean cumplidas mucho más tarde, cuando la víctima está completamente despierta.

del libro "El Cuerpo Vital", de Max Heindel

en vímeo, aquí
https://vimeo.com/337642759

en you tube, aquí
https://www.youtube.com/watch?v=pcpWrGzB4cQ&feature=youtu.be

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